Dalì, además de ser el pintor que todos conocen, ha sido EL perro que me ha cambiado la vida y este B&B está dedicado a él, porque gracias a él decidí volver a la naturaleza y a mis raíces, retomando una antigua casa de familia y convirtiéndola en un lugar donde acoger a viajeros de todo el mundo.
Dalì era un cruce dálmata rescatado de una perrera española que adopté en 2013, sin conocer sus problemas de comportamiento debidos a una falta de socialización y probablemente a malos tratos: miedo a las personas, a los ruidos, a la ciudad, inseguridad. Con mucho trabajo y dedicación conseguí que Dalí se recuperara y pudiese tolerar la vida en la ciudad, disfrutar de los parques y de los juegos con sus amigos perros, que llegase a ser un trotamundo, con todas sus dificultades y limitaciones. Pero para verlo realmente feliz tenía que llevarle a un bosque, allí se transformaba, salía su instinto explorador y predatorio, corría feliz, desencovaba animales salvajes, desaparecía durante minutos que me parecían horas y volvía orgulloso y satisfecho. Empezaron a aumentar las estancias en el campo y se concretizó la idea de mudarme a Traduerivi y abrir un bed and breakfast, siempre acompañada de mi fiel amigo de lunares, que por fin había encontrado su dimensión y estaba cada vez más seguro de sí mismo, hasta que un día se lanzó en el bosque detrás de una presa, se perdió y terminó en una carretera, donde un coche se lo llevó.
…ni la noche más bonita dura un amanecer…
El recuerdo y el ejemplo de Dalí siguen vivos en este lugar y los demás perros que lo habitan: su alegría de vivir, su resiliencia, sus ganas de aprender a pesar de todo.
Desde allá arriba, Dalí les desea una buena estancia y les invita a que se abandonen en un sueño reparador como él solía hacer y a que vuelvan a encontrar la conexión con la naturaleza.